Adiós a la pobreza. La pobreza es un concepto relativo: no todas las culturas la entienden igual. Llamar a uno “pobre” ya es una forma de dominación, de eludir el debate sobre el modelo de civilización. Algunas iniciativas políticas, como la de Lula en Brasil, se proponen combatir el hambre, que no la pobreza. No es lo mismo.