El pintor más representativo de Ecuador, Oswaldo Guayasamín, falleció en marzo de 1999 sin cumplir su mayor sueño: La capilla del hombre, una obra en la que pretendía narrar en colores y formas los hechos que han marcado la vida y la tragedia de América Latina. Este importante monumento a la humanidad, al que dedicó sus últimos años de vida, fue inaugurado el pasado 29 de noviembre, en medio de los enfrentamientos de sus herederos.