Especial Bicentenario
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Ricardo Lagos. Expresidente de la República de Chile
Al conmemorar un Bicentenario se celebra una fecha histórica, pero, más importante, se conmemora también una gesta política, porque al final, ¿qué es el Bicentenario? Es la celebración de 200 años de la Independencia, de cómo fuimos plasmando nuestra identidad nacional, de cómo nos fuimos separando de la Madre Patria porque el Rey estaba cautivo a manos de los franceses y debíamos ser nosotros los que tomáramos las riendas de nuestras propias decisiones. Entonces acá hay una celebración política de lo que otros políticos hicieron 200 años atrás. El desafío, por tanto, es ¿qué hacen los políticos hoy de cara a los próximos 100 años? ¿Qué se hace ante los desafíos de un mundo que ha cambiado radicalmente en este tiempo, pero que en estos últimos 20 ha cambiado todavía más? Entre un muro de Berlín que se derrumba y un Wall Street que también cae 18 años después.
Esto significa que se deben buscar nuevos derroteros en un mundo globalizado que nos obliga a tener reglas para lograr más grados de equidad, y para eso hay que luchar. Asimismo, estamos frente a una revolución científico tecnológica que plantea a los políticos un tremendo desafío para establecer la forma que se interactuará en este siglo XXI. Sin duda la relación entre gobernantes y gobernados cambiará. La envergadura del cambio hace que los mapas que teníamos para ver nuestras sociedades se encuentren obsoletos y haya una nueva cartografía a la par que se van descubriendo nuevos territorios. ¿Cómo se va a relacionar en el futuro la ciudadanía con los representantes que elige? ¿Cómo llegaremos a hacer un gobierno más directo y donde los partidos políticos tengan un rol diferente al de hoy? Imaginar una sociedad donde el gobernante pueda consultar sus decisiones con los gobernados a través de Internet es algo que en un tiempo breve podrá ser realidad en la mayoría de nuestros países. Pero, más importante, podrán los ciudadanos directamente entrar a definir cuáles serán los temas de la agenda política que a ellos les interesan.
Aquí estamos en presencia de un nuevo mundo que será lo que caracterizará al siglo XXI. Y la forma como perfeccionemos nuestros sistemas democráticos va a depender en gran medida de cómo seamos capaces de incorporar el concepto de redes. Redes de ciudadanos que se organizan entre sí. Estoy convencido que todas estas experiencias traerán más fortaleza a nuestras sociedades, con un tejido social más denso, con mayores niveles de equidad y con una capacidad creativa multiplicada y puesta al servicio de las personas.
Ese es el gran desafío de este Bicentenario y hacia eso tiene que haber una respuesta política del tamaño y la magnitud de la que otros nos legaron hace 200 años.
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