Especial Bicentenario
El Tiempo (Colombia)
Paula Marcela Moreno Z
Ministra de Cultura
Hace más de dos años, comenzando el 2008, propusimos pensar el Bicentenario de la Independencia como una conmemoración que por sus implicaciones para la memoria común de los colombianos debía ser un proceso de reflexión. Era claro que esta ocasión no podía repetir las características de lo realizado cien años antes, en 1910. La pregunta constante fue: ¿qué conmemorar, entonces, y cómo hacerlo?
La respuesta a la primera pregunta parece evidente, pero no lo es. El significado de la palabra ‘Independencia’ es otro hoy: nuestra propuesta fue entenderla en plural: ‘Independencias’. Esto porque los eventos de 1810 no son posibles de singularizar en los hechos del 20 de julio. Esto porque en los eventos de 1810 participaron personas y sucedieron eventos que no son posibles de singularizar únicamente en los hechos del 20 de julio.
Hoy es claro que esa fecha es simbólica, no de lo sucedido en la capital sino en todas las provincias de lo que para entonces era la Audiencia de Santafé, de una parte, y, de otra, porque recoge en un solo día las décadas que tomó lograr la libertad y el inicio de las conquistas por la búsqueda del reconocimiento efectivo y el ejercicio de una ciudadanía plena. Por eso, la Casa del Florero pasó a ser el Museo de la Independencia, con una renovación y lectura contemporánea de los momentos, personajes y una interactividad que reitera la naturaleza dinámica de la memoria de nuestros procesos de independencia.
Después de 200 años, el 20 de julio recoge como símbolo el esfuerzo de construcción de una Nación que sólo hasta la Constitución de 1991 logró aceptar que los colombianos nos nutrimos de la diversidad. Nuestra propuesta es entender la conmemoración del Bicentenario como un ejercicio de reflexión alrededor de la historia con futuro de este proyecto colectivo de Nación. Qué conmemoramos, entonces, es una pregunta pertinente porque proponemos entenderla no ya como un simple cumpleaños de algo que sucedió hace tiempo y que no ha cambiado en nada, sino, por el contrario, como algo que nos dice lo que hoy somos y lo que queremos ser.
Nuestro proyecto para la conmemoración del Bicentenario cuenta con 22 líneas de acción cuyos resultados hemos socializado desde abril, entre ellas se destacan los Centros Municipales de Memoria, las series de radio ‘Independencias al aire’ y las series de televisión ‘Diálogos de la Independencia’ y ‘Viajes a la Memoria’, y 13 exposiciones.
La inclusión es otro de nuestros ejes de acción. Las bibliotecas de literatura afrocolombiana e indígena, el libro Rutas de Libertad, exposiciones como ‘Míranos, estamos aquí’ y obras de teatro como Esta negrura mía son ejemplos de una mirada digna 200 años después a las comunidades étnicas no como víctimas sino como protagonistas y generadores de pensamiento. Por otro lado, las ‘Rutas de la Independencia’ son recorridos que buscan revitalizar el encuentro con los personajes, los lugares y los momentos que recrean nuestra gesta independentista.
Finalmente, actos simbólicos como el Gran Concierto Nacional, que en su tercera edición exalta la importancia de generar espacios de encuentro, que nos permiten revitalizar el sentimiento de identidad nacional. Millones de voces que este 20 de julio se unirán para conmemorar los 200 años de Independencia, bajo el liderazgo de nuestros artistas y gestores culturales. Unidos los 1.102 municipios y la diáspora colombiana en 44 países, con la alianza de la empresa privada con el sector público, y el compromiso de todos los medios de comunicación del país; se demuestra que cultura es independencia y que nuestro mejor concierto es Colombia.
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