Cuando PSC y ERC, José Montilla y Joan Puigcercós, se pusieron manos a la obra en diciembre de 2006 para reeditar el tripartito catalán pese a la victoria de CiU en las urnas, Esquerra tenía claro que quería inscribir en la abultada carpeta de atribuciones que recibiría Josep Lluís Carod-Rovira como vicepresidente la competencia sobre la acción exterior de la Generalitat. No era una cartera especialmente jugosa en cuanto a gestión de recursos, pero una vez ampliadas las competencias en el nuevo Estatut permitía hacer aquello por lo que ERC estaba en el Gobierno catalán: empezar a construir políticas de Estado.
Eso sí, sabemos lo que costó ese viaje: 80.940 euros por un periplo en el que acompañaron a Carod el ex presidente de la Generalitat Pasqual Maragall y el ex presidente del Parlament Joan Rigol, además de la viceconsejera de Exteriores, Roser Clavell.
Un séquito reducido comparado con el que acompañó a Carod en la inauguración de la segunda sede catalana, Londres. El vicepresidente llegó a la capital británica acompañado por 17 altos cargos de la Generalitat, entre ellos el número tres del tripartito y conseller de Interior, Joan Saura. En total, 22.800 euros entre desplazamientos (4.627 euros), alojamiento (7.573 euros), alquiler de vehículos (5.499 euros), manutención (2.258 euros) y el catering de la inauguración (2.885 euros).
Las «embajadas», sin embargo, no han tenido coste político para Carod, puesto que la proyección exterior de Cataluña es una de las premisas de su partido en el Gobierno. Reciben fuertes críticas de la oposición, pero son su principal fuente de aplausos dentro de su partido. Mención aparte merecen los viajes del vicepresidente catalán, que en los últimos tiempos han sido cuestionados en los pasillos de la sede republicana.
El último de ellos -tres días de visita oficial a Cuba para inaugurar una exposición del Institut Ramon Llull– no se anunció hasta el último momento, pese a que dirigentes de ERC habían pedido a Carod que lo suspendiera para no encender los ánimos en plena crisis económica.
Todo ello sin el más mínimo atisbo de crítica pública del tripartito. ¿Defensa ciega de la acción exterior de la Genralitat o coste de la retirada por frases de Carod?
Cataluña y Uruguay constituyen una comisión paritaria para impulsar relaciones bilaterales
El vicepresidente del Govern, Josep-Lluís Carod-Rovira, y el ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Pedro Umberto Vaz Ramela, constituyeron este 4 de septiembre de 2009 en Montevideo una comisión paritaria entre Cataluña y Uruguay con el objetivo de impulsar las relaciones bilaterales, sobre todo en el ámbito de cooperación para los próximos dos años. La comisión se acordó en 2006 con la firma de un memorándum por parte de los dos gobiernos. Carod destacó las buenas relaciones con Urugay, país del que dijo que “Cataluña siempre estará en deuda” por la acogida que mantuvo con los catalanes en el exilio. Por su parte, el ministro uruguayo confió en “seguir trabajando con el máximo entendimiento”. El acuerdo recoge la voluntad de intensificar las relaciones bilaterales, que pasan por la reciente creación de la Delegación del Gobierno en Buenos Aires, que tiene como ámbito de actuación los países del Cono Sur. El Plan de Trabajo 2009-20011 entre Cataluña y Uruguay comprende acciones en los campos de acción exterior, juventud, turismo, innovación agroalimentaria, formación de empleados públicos, capacitación de cuerpos de seguridad, prevención de incendios, creación de empleo, política criminal, archivos y atención a las personas mayores. Entre las actividades concretas, figuran misiones de expertos para prevenir conductas de riesgo entre los jóvenes, asesoramiento en turismo rural y colaboraciones con el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), la Escuela de Administración Pública de Cataluña (EAPC), el Instituto de Seguridad Pública de Cataluña (ISPC), la Dirección de Medio Natural y la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo (ACCP).
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