Tomado de: Coordinadora de entidades argentinas
Joan Larreu – Juan Larrea (Mataró 1782-1847) Se estableció en el Río de la Plata desde 1800. Vocal de la Primera Junta, hizo grandes contribuciones económicas para el éxito de la Revolución.Presidente de las sesiones durante los primeros 3 días. Estableció la extinción de los títulos nobiliarios, la prohibición de las torturas y firmó la creación del himno nacional. Ministro del Tesoro, participó en la creación de la flota naval argentina, incluso aportando su capital personal. Domènec Matheu -Domingo Matheu (Barcelona 1765-1831) Establecido en Buenos Aires desde 1793, luchó contra los ingleses en los intentos de invasión del Río de la Plata. Vocal de la Primera Junta, sustituyó a Saavedra como presidente. Como Larrea, ayudó financieramente el primer gobierno argentino. Director de la fábrica de armas y de uniformes militares. Familia Alsina Joan Alsina llega a Buenos Aires el 1782. Participa en la defensa de Buenos Aires durante el intento de invasión inglesa dentro el cuerpo de Voluntarios Urbanos de Catalunya y muere en combate. Impulsó la creación de l’Escuela Náutica, de la cual seria director.
Valentín Alsina, hijo de Joan, diputado al Congreso de la Nueva República Argentina. Gobernador de Buenos Aires. fue uno de los principales impulsores del Código Penal argentino.
Adolfo Alsina, nieto de Joan Alsina. Gobernador de Buenos Aires y vicepresidente de la República. Vicent Lòpez i Planes (1785-1856)Valenciano, gobernador de Buenos Aires, con ejercicio del Poder Ejecutivo Nacional. fue el autor de la letra del himno nacional argentino. Blai Parera i Moret (1776-1840) Músico, emigrado a Buenos Aires procedente de Mataró, afincado en Buenos Aires desde el 1793. Creo la partitura del himno nacional argentino. Felip Sentenach (-1812) Ideólogo y gestor de la reconquista de Buenos Aires a los ingleses. Tras la Revolución de Mayo puso los fundamentos pedagógicos la Escuela Militar de Matemáticas, creada por Belgrano que dirigió hasta que murió l’año 1812.
Jaume Llavallol i Riu (1760-1838) comerciante catalán establecido al Río de la Plata. Capitán de la Tercera Compañía de Miñones catalanes que participó en la defensa contra el intento de invasión inglesa. Su hijo, Felipe Llavallol (1802-1874) fue gobernador de Buenos Aires, ministro de Hacienda, presidente de la Bolsa y de la Sociedad del Camino de Hierro de Buenos Aires, primer ferrocarril argentino. En su honor se fundó el pueblo (hoy ciudad) de Llavallol. Els Minyons ( Compañía de Miñones catalanas) Compañía de 146 hombres financiada por Miquel Antoni Vilardebó y comandada por Rafael Bofarull, Josep Grau, Cristòfol Salvanyac y Jaume Ferrer que vino de Montevideo por unirse a las tropas que defendían Buenos Aires. Tuvieron un papel muy destacado en las operaciones militares que significaron la derrota inglesa. Se fusionaron con los Voluntarios Urbanos Catalanes, que contribuirían nuevamente a la defensa de Buenos Aires. Entre los oficiales figuraban Joan Larreu y Domènec Matheu, que cómo hemos visto tuvieron un papel importantísimo en la lucha por la independencia. La palabra catalana “minyó” significa en castellano, “chico”. En la historia Argentina sirve para dar nombre a unas compañías militares de voluntarios catalanes que participaron decisivamente a la liberación de Buenos Aires ocupada por los ingleses en las invasiones de 1806-1807. Eran unos ciento cincuenta jóvenes catalanes residentes en el Virreinato del Río de la Plata que se auto-organizaron, apoyando el alzamiento platense, para poner fin a la ocupación de las tropas inglesas comandadas por el general Beresford. Para tratar de explicar la relevancia de la actuación catalana, la investigadora argentina Cristina Ambrosini, recupera las palabras del General Mitre en las cuales afirma que las “guerrillas catalanas” , así las denomina, fueron quienes fundamentalmente permitieron la expulsión de los ingleses, de forma muy específica en 1806. Efectivamente, consta que los “miñones catalanes”, el 10 de agosto de 1806, desalojaron a los invasores del Parque del Retiro a punta de bayoneta y fueron, así mismo, los primeros en tomar, en la ofensiva final del 12 de agosto, la Plaza Mayor de la ciudad (actual Plaza de Mayo). El cuerpo de “miñones” de aquel 1806 era comandado por Rafael Bofarull y José Grau, y estaba financiado por el comerciante catalán Miguel Antonio Vilardebó. Contaba, también, con el aporte pecuniario de los mismos miñones. Respecto a la definitiva liberación de Buenos Aires de 1807, sabemos que la tercera compañía de miñones, comandada por Felipe Llavallol, recuperó Barracas, Miserere y, nuevamente, el Retiro y la Plaza Mayor. Encuadrados en ella, un numeroso grupo de catalanes porteños, con el nombre de “Voluntarios Urbanos Catalanes”, contribuyó decisivamente a la victoria final.El también catalán José Milá de la Roca fue quien extendió la capitulación a los ingleses vencidos en las calles de la ciudad. Algunos de estos hombres, junto a muchos otros, abrazarían pocos años después la causa independentista y hasta llegarían a trabajar cerca del general Manuel Belgrano. La organización y método de lucha de los catalanes en Argentina correspondía a la de una infantería ligera de larga tradición en Cataluña. Destacaba fundamentalmente por su gran movilidad, el aprovechamiento adecuado del terreno y una gran rapidez e implacable contundencia en sus acciones de ataque. Este modelo no era nuevo. Aparece perfectamente documentado en la historia de la Cataluña medieval y moderna. Entre los siglos XIII y XV, compañías similares con el nombre de “almogàvers” (“almogávares”) ganaron para la Corona Catalano-Aragonesa los territorios de Valencia, Sicilia, Cerdeña, Atenas y Neopatria. Entre los siglos XVI y XVIII, compañías herederas de éstas, combatieron con el nombre de “miquelets” (“migueletes”) en la Guerra de Separación de Cataluña (1640-1652) y en la Guerra de Sucesión a la Corona Hispánica (1705-1715). Con esto se entiende que la consideración de los catalanes como gente pacífica sólo puede aplicarse a partir del último siglo y medio. Hasta entonces resulta del todo cierta una frase escrita en la Argentina posterior a las invasiones: “Catalanes: si fuera poeta diría que Marte había puesto escuela en Cataluña”. Con esta breve explicación, a la cual deberían añadirse muchos otros hechos relevantes de aquellos años 1806-1807, queda claro que la relación entre Argentina y Cataluña empezó, en época contemporánea, con muy buen pie. No en vano, la lucha contra el absolutismo y la defensa de las libertades catalanas encaja perfectamente con lo que los argentinos, y los demás habitantes de los territorios del Río de la Plata, deseaban para su futuro.
Buen poste, gracias por compartir.