Álbum familiar
Por Jaime Andrés Monsalve B.
Revista Cambio
Jordi Savall retoma la música de su vida en su nuevo álbum, y la trae a Bogotá.
Du temps & de l’instant
Jordi Savall
Alia Vox – Forum, 2006
Acostumbrados a las cien y más páginas de los libros explicativos que acompañan toda grabación de Jordi Savall y su Hesperión XXI, la primera gran sorpresa de Du temps & de l’instant, el más reciente trabajo sonoro del violista catalán, sin lugar a dudas el más reputado de los ejecutantes de música antigua de los últimos 15 años, es que el volumen del librillo esta ahora determinado por la traducción a ocho idiomas de un muy breve texto de dos páginas.
Más que una explicación de lo que se escuchará, esas breves palabras son una justificación. El trabajo, escribe Savall, “presenta una selección muy personal de músicas que nos emocionan por su ternura y belleza, así como por su capacidad de diálogo y armonía”. Una promesa de calidez que explica el que esta grabación no esté firmada bajo el nombre de su tradicional ensamble, sino con su nombre y el de los integrantes de su familia; su esposa, la soprano Montserrat Figueras, y sus hijos, Arianna, ejecutante del arpa, y Ferrán, intérprete de la tiorba.
A pesar de las variadas épocas y procedencias de las 15 piezas que integran el trabajo, los temas grabados no están aquí exactamente por su importancia histórica, su definición de una escuela o su exotismo. No: están porque se comunican, porque han sido objeto de cohesión de los Savall en tanto músicos, y porque además conforman una especie de álbum de familia, una reunión de instantes que dejan adivinar buenos momentos y que dicen más de lo que pueden las palabras.
Usar la palabra “ecléctico” para referirse a este trabajo deja un hálito de insuficiencia. Es preferible hablar, entonces, de la capacidad de diálogo a la que apela Savall, que le permite iniciar con un anónimo instrumental afgano seguido por una canción de cuna israelí. Y si ya había hecho su entrada el canto académico de Montserrat Figueras, de repente aparece la voz blanca de Ferrán en La Cançó del Lladre, una pieza tradicional catalana de armonía contemporánea (de hecho hace parte del repertorio de Serrat) que poco tiene que ver con la vocación de Savall por la música antigua. Como tampoco lo tienen las tres improvisaciones incluidas, que transitan entre el folclor y el impresionismo, y que en un formato como el suyo dejan ver que en música no todo está escrito. Y que no toda la música está escrita.
El próximo sábado 25, Jordi Savall se presenta con los suyos en la Biblioteca Luis Ángel Arango, de Bogotá, a las 7:00 p.m. en conmemoración de los 40 años de la sala. ¿Qué mejor que este álbum y esta celebración para pasarla en familia?
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