Muere Augusto Roa Bastos:
Hijo de la dualidad y maestro de la delegación de la escritura
Roa Bastos ingresó a la unidad de terapia intensiva del sanatorio Santa Clara tras sufrir una hemorragia cerebral producto de una caída en su departamento, dijo su médico de cabecera y hombre de confianza, Alejandro Maciel.
A punto de cumplir 88 años, en junio de este año, el novelista experimentó un deterioro de su salud en los últimos tiempos, a lo que se suma un reciente incidente cuando familiares denunciaron un abandono y posterior robo por parte de una empleada doméstica.
En 1953, Roa Bastos publicó “El trueno entre las hojas”, su primer libro de relatos, y más tarde presentó, entre otras, “Hijo de hombre” y “Yo el Supremo”, su obra maestra y una de las cumbres de la literatura castellana contemporánea. Escribió además una obra dedicada a Cristóbal Colón: “Vigilia del Almirante: Historia no oficial“.
En “Yo el Supremo” narra la historia de José Gaspar Rodríguez Francia, dictador de Paraguay durante 26 años, en una época crítica de la historia del país, poco después de su emancipación política, en 1811.
En 1976 se trasladó a Francia, invitado por la Universidad de Toulouse, y residió en esa ciudad hasta 1989, cuando decidió regresar tras el derrocamiento del dictador paraguayo Alfredo Stroessner, de quien fue un crítico acérrimo.
A España llegó en 1980, invitado por el Instituto de Cooperación Iberoamericana para participar en un acto literario en el que leyó textos inéditos de su novela Contravida. Tres años después el Gobierno español le otorgó la nacionalidad.
En febrero de 1989, tras ser derrocado Stroessner, fue autorizada la entrega del pasaporte al escritor, acto que tuvo lugar en el Consulado de Paraguay en Barcelona.
A lo largo de su prolífica carrera, Roa Bastos recibió varios premios y condecoraciones, destacando el Concurso Internacional de Novelas Editorial Losada (1959) y el Premio de las Letras Memorial de América Latina (Brasil, 1988).
En 1989 recibió el Premio Cervantes otorgado por la corona española, de manos del monarca Juan Carlos I.
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