Hoy, la Organización Carulla Vivero tiene 153 almacenes repartidos por toda la geografía colombiana y se dispone a seguir creciendo con la apertura de nuevos establecimientos.
El primero de febrero de 1905, Josep Carulla Vidal decidió incursionar en el mundo de los negocios. Inició con exportaciones, luego con importaciones y posteriormente se especializó en el comercio con la venta de todo tipo de mercancías.
En 1907 abrió una pequeña tienda en Bogotá en la carrera octava entre calles 11 y 12 con el nombre de “El Escudo Catalán“, en la cual comercializaba artículos importados. Por aquella época, sin dinero plástico ni cheques posfechados, ya tenía la convicción de que el servicio al cliente y la innovación eran la herramienta clave de supervivencia en el comercio.
Esta filosofía se ha mantenido y lleva a que ahora los clientes estén a punto de gozar del servicio ‘Selfcheckout’, una solución de pago avanzada que permite cancelar las compras sin la intervención de personas en las cajas registradoras.
‘El Escudo Catalán‘ ofreció atención personalizada (detrás del mostrador) a sus clientes hasta los años 30, época en la que tuvo que cambiar de estrategia y de razón social, luego de que estalló la Segunda Guerra Mundial.
Enrique Luque Carulla, hoy miembro de la junta directiva de la empresa, recuerda que por aquella época la familia decidió adoptar el nombre de Carulla para todas sus tiendas, pues a pesar de tener socios españoles no quería que la relacionaran con España.
Con Carulla los colombianos pasaron del canasto tradicional al carrito del mercado y conocieron nuevas alternativas para el pago de sus productos. “Fue una época difícil porque los colombianos siempre hemos sido apáticos a los cambios. Además porque José Carulla Soler (el hijo del fundador) impulsó este esquema en contra de los pensamientos de su padre, quien no estaba muy convencido del cambio“.
Carulla Soler había aprendido del negocio en México y el 29 de julio de 1953 se aventuró a inaugurar el primer autoservicio del país en el barrio El Campín de Bogotá, que todavía funciona.
A finales de los años 70 las entidades financieras comenzaron a buscar espacio en los supermercados y en la década de los 80 surge la Red Multicolor. Se abren nuevos formatos y los clientes comienzan a utilizar el dinero plástico. En 1993, la cadena decide llegar a nuevos estratos y compra la cadena Merquefácil para atender a la población de los estratos 1 y 2. Actualmente hay 84 supermercados bajo el formato Carulla y 35 Merquefácil.
Tiempos de fusión
En agosto del año 2000 Carulla se fusiona con los almacenes Vivero de la Costa Atlántica y la familia Carulla vende su participación a New Bridge, un fondo de inversión extranjero que se dedica a comprar empresas para trabajarlas y posteriormente venderlas para obtener rentabilidad. Actualmente, New Bridge es el dueño mayoritario de Carulla-Vivero.
A partir de entonces Samuel Azout toma las riendas de la compañía y asume el reto de llevarla a ocupar los primeros lugares en la lista de las empresas del comercio con mayores ventas. El año pasado la organización compró a Surtimax que tiene 20 establecimientos, los cuales se sumaron a los 14 Viveros y demás almacenes de la cadena.
Azout no descarta la posibilidad de seguir comprando cadenas pequeñas para seguir fortaleciendo la cadena. Este año tiene previsto invertir 102.000 millones de pesos en la remodelación de algunas tiendas, la apertura de otras y la implementación de nuevos servicios basados en desarrollos tecnológicos.
La meta es abrir cinco nuevos Surtimax y continuar con la expansión de Vivero. De la mano de Pedro Gómez llevará el formato Vivero a Villavicencio.
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