México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica se separaron de España el 15 de septiembre de 1821.

Los festejos patrios que se iniciaron el pasado 1 de septiembre y se prolongaron hasta el 15; incluyeron diferentes ceremonias y fiestas que marcan otro aniversario más de la Independencia Centroamericana.

La gobernadora del departamento de Guatemala, Mirla Julieta Flores Tobar, explicó que las actividades han sido conjuntas en su país con los otros países centroamericanos, con lo cual se esperará lograr una unión cultural entre estos.

Los historiadores concuerdan en que mientras en México, que comenzó su Guerra de Independencia el 15 de septiembre de 1810 y la liberación de España se dio tras cruentas batallas, en Centroamérica ocurrió un fenómeno diferente, fueron las autoridades coloniales las que juraron la independencia de la corona.

Ahora, con una extensión global de 413,950 kilómetros cuadrados, unos 34.3 millones de habitantes -en su mayoría viviendo en la pobreza- y una deuda exterior global que supera los 19 mil millones de dólares, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, forman una región política y social relativamente estable.

Causas como la pobreza, la corrupción, la mala distribución de la tierra, la injusticia y la marginalidad, que fueron el origen de conflictos internos en países como Guatemala, El Salvador y Nicaragua, en el siglo pasado, siguen latentes y amenazantes.

A esos problemas se suma el narcotráfico, que utiliza a Centroamérica como un puente para ingresar drogas ilegales a Estados Unidos.

La violencia y la inseguridad son más graves en Guatemala, El Salvador y Honduras, donde en los últimos años se han multiplicado las temibles pandillas armadas, conocidas como “maras”.

En materia de integración, los centroamericanos todavía no han logrado consolidar el espíritu de los Acuerdos de Esquipulas II, de 1987, orientados a la paz, el desarrollo y la unidad de la región.