No son desde luego los antepasados los culpables de nuestros males modernos. Así lo escribe Mario Vargas Llosa desde su columna Piedra de Toque y titulada “Los hispanicidas” (…) los dos protagonistas de esta historia ostentan apellidos españoles a más no poder (Lossio debe ser italiano) y que, por lo tanto, sin los huesos que acaban de pisotear, sus ancestros jamás hubieran llegado a ese país cuya estirpe tahuantisuyana (es decir, inca) reivindican como la única válida de la ‘peruanidad’. (…) No son los conquistadores de hace quinientos años los responsables de que en el Perú de nuestros días haya tanta miseria, tan espantosas desigualdades, tanta discriminación, ignorancia y explotación sino peruanos vivitos y coleando de todas las razas y colores. (…) Escribo esta nota en Colombia, un país que, a diferencia del Perú, donde todavía se dan brotes de indigenismo tan obtuso como el que comento, ha asumido todo su pasado sin complejos de inferioridad, sin el menor resentimiento, y que por lo mismo está muy orgulloso de hablar en español —los bogotanos lo hablan muy bien, sea dicho de paso, y algunos colombianos lo escriben como los dioses— y de ser, gracias a su historia, un país moderno y occidental.
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